CARMELO CARACOZZO


EL ARTE ES UNA PASIÓN QUE LLEVO Y LLEVARÉ SIEMPRE DENTRO


Uno de los puntos más representativos en la obra de Carmelo Caracozzo es ese rasgo de independencia que flota en todas sus composiciones  y que nos es transmitida como una ráfaga directa a los sentidos.  El artista siciliano nos va dirigiendo por un camino que se va enriqueciendo con expresión, sensibilidad y fuerza,. Con estos tres vértices nos acerca a una pintura de absoluta vanguardia dentro de un marco con tintes clásicos.

Las figuras de sus obras son impactantes, los sentidos se detienen ante una gran fuerza expresiva y una ambientación que enfoca el detalle con mucho esmero y delicadeza y lo combina con una iluminación dramática ofreciendo una visión enérgica y naturalista.

Su dominio sobre el color le lleva a oscurecer las sombras transformando el objeto en un foco de luz penetrante. Con su pintura, Caracozzo plasma el físico y la psicología de los personajes de una forma real y aguda.

Posee un talento único para transmitir a la pintura el concepto del deseo, una mezcla real y surrealista que lo convierten en un artista moderno.

Carmelo Caracozzo da una especial importancia al gesto: le interesa la expresión de las figuras, los estados de ánimo apasionados y violentos; la risa, la ternura plena, el terror, el dolor, el goce, la pasión y la depresión. Los cuerpos adoptan actitudes dramáticas, difíciles y contorsionadas, que dan carácter escenográfico a las obras.

Los personajes y los objetos que componen sus cuadros emergen sobre un fondo oscuro, destacándolos por medio de una luz intensa y selectiva que ilumina violentamente algunas partes de la escena dejando otras en penumbra, destacando gestos y objetos, y situándolos en el primer plano de atención del espectador.